¡Hola a todos! ¡Feliz día de todos los santos y/o Halloween!
Espero que os hayáis disfrazado todos de alguna cosa u otra para celebrar la ocasión. El año pasado me disfracé de canadiense (disfraz divertido y provocador donde los haya), pero este año entre que no tenía plan y tampoco tenía demasiadas ideas la verdad es que me he limitado a ir con la vestimenta de "opositor en ciernes" que llevo de normal. Antes de ponernos con el tema de hoy permitidme hacer una breve mención al Salón del Manga: Aunque no os guste demasiado el mundo del manga y de los dibujos animados vale la pena ir a ver este espectáculo al menos una vez en la vida. Qué gente, madre mía; que disfraces, estos sí. Y yo que me consideraba "friki"... Como todo en esta vida, las cosas que nos son más ajenas son las que más ayudan, utilizando la expresión inglesa, a "think outside the box".
Sin más dilación vamos allá con el tema de hoy: la finalidad de la pena. A decir verdad no es casual que trate este tema hoy precisamente. Si os soy sincero, este tema es mi particular historia de terror de la carrera: no tanto por su dificultad sino porque, cuan zombie, se resiste a morir. Yo he dado la finalidad de la pena en primero (en teoría del derecho), en segundo (penal), en tercero (política criminal) y en cuarto (filosofía y derecho penal del medio ambiente), y eso que no me cogí la optativa de derecho penal económico. Claro, llega un punto en que ya te hartas, como con los límites y garantías del ius puniendi (preguntadle a cualquier estudiante de derecho sobre la STC de las armas de fuego, a ver que cara pone), que trataremos en otro momento. Así las cosas, todo empezó en un castillo abandonado, en una fría noche de tormenta...
Antes del Estado los problemas se solucionaban mediante la autotutela, es decir, que cada uno se apañaba como podía: si tu me robas el caballo, yo se lo robo al de al lado o te robo a ti la cosecha. Si tu matas a mi hermano, yo o te mato a ti o mato al tuyo. Así funcionaba el tema hasta que alguien vió que así no íbamos a ninguna parte y decidió que el Estado se ocupara de mantener la paz y el órden social. Así se ha mantenido la cosa hasta hoy en día: los ciudadanos renunciamos a "tomarnos la justicia por nuestra mano" a favor del Estado, que se encarga de castigar a los criminales. El debate sobre "la finalidad de la pena" es aquí donde surge, e intenta responder a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de pena hay que imponerle al criminal? ¿Cómo y porqué? ¿Cuánto tiempo tiene que estar entre rejas?
Ya os avanzo que la doctrina y los jueces han terminado por determinar cuatro finalidades o justificaciones distintas: retribución, prevención o disuasión, resocialización e incapacitación. Ya iréis viendo que en función de la perspectiva que cojamos todo el sistema se ve muy distinto. Además se trata de un tema que no es baladí, ya que de un modo u otro sale en las noticias día sí día también. Espero que estos posts os sirvan para entender un poco más esa (desagradable) parte de este mundo en que nos ha tocado vivir que son los sucesos.
Dejadme que para terminar os cuente en dos frases la finalidad más fácil de explicar: la retribución. Según este punto de vista hay que imponerle la pena al criminal porque se lo merece, y se resume en el famoso "ojo por ojo, diente por diente". Aspectos positivos: a todos nos gusta que "se haga justicia" y se introduce un criterio de proporcionalidad: si tu me robas la cartera yo no puedo matar a tu familia. Aspectos negativos: es muy dificil calcular la proporcionalidad exacta de un determinado delito con una pena en el sistema actual. Creo que un par de ejemplos pueden ayudar a clarificar esto:
- Siguiendo el "ojo por ojo", ¿habría que violar a un violador?
- ¿Qué pena se le impone a un estafador?¿Habría que estafarle a él? Complicado...
Ha sido un poco denso este post, ¿no? El próximo será más entretenido, ya veréis.
¡No dejéis que los zombies os coman el celebro!
Sin más dilación vamos allá con el tema de hoy: la finalidad de la pena. A decir verdad no es casual que trate este tema hoy precisamente. Si os soy sincero, este tema es mi particular historia de terror de la carrera: no tanto por su dificultad sino porque, cuan zombie, se resiste a morir. Yo he dado la finalidad de la pena en primero (en teoría del derecho), en segundo (penal), en tercero (política criminal) y en cuarto (filosofía y derecho penal del medio ambiente), y eso que no me cogí la optativa de derecho penal económico. Claro, llega un punto en que ya te hartas, como con los límites y garantías del ius puniendi (preguntadle a cualquier estudiante de derecho sobre la STC de las armas de fuego, a ver que cara pone), que trataremos en otro momento. Así las cosas, todo empezó en un castillo abandonado, en una fría noche de tormenta...
Antes del Estado los problemas se solucionaban mediante la autotutela, es decir, que cada uno se apañaba como podía: si tu me robas el caballo, yo se lo robo al de al lado o te robo a ti la cosecha. Si tu matas a mi hermano, yo o te mato a ti o mato al tuyo. Así funcionaba el tema hasta que alguien vió que así no íbamos a ninguna parte y decidió que el Estado se ocupara de mantener la paz y el órden social. Así se ha mantenido la cosa hasta hoy en día: los ciudadanos renunciamos a "tomarnos la justicia por nuestra mano" a favor del Estado, que se encarga de castigar a los criminales. El debate sobre "la finalidad de la pena" es aquí donde surge, e intenta responder a las siguientes preguntas: ¿Qué tipo de pena hay que imponerle al criminal? ¿Cómo y porqué? ¿Cuánto tiempo tiene que estar entre rejas?
Ya os avanzo que la doctrina y los jueces han terminado por determinar cuatro finalidades o justificaciones distintas: retribución, prevención o disuasión, resocialización e incapacitación. Ya iréis viendo que en función de la perspectiva que cojamos todo el sistema se ve muy distinto. Además se trata de un tema que no es baladí, ya que de un modo u otro sale en las noticias día sí día también. Espero que estos posts os sirvan para entender un poco más esa (desagradable) parte de este mundo en que nos ha tocado vivir que son los sucesos.
Dejadme que para terminar os cuente en dos frases la finalidad más fácil de explicar: la retribución. Según este punto de vista hay que imponerle la pena al criminal porque se lo merece, y se resume en el famoso "ojo por ojo, diente por diente". Aspectos positivos: a todos nos gusta que "se haga justicia" y se introduce un criterio de proporcionalidad: si tu me robas la cartera yo no puedo matar a tu familia. Aspectos negativos: es muy dificil calcular la proporcionalidad exacta de un determinado delito con una pena en el sistema actual. Creo que un par de ejemplos pueden ayudar a clarificar esto:
- Siguiendo el "ojo por ojo", ¿habría que violar a un violador?
- ¿Qué pena se le impone a un estafador?¿Habría que estafarle a él? Complicado...
Ha sido un poco denso este post, ¿no? El próximo será más entretenido, ya veréis.
¡No dejéis que los zombies os coman el celebro!